Remolachas encurtidas sin azúcar

Comience lavando las remolachas a fondo, asegurándose de quitar toda la suciedad. Recorte las hojas verdes y las colas de raíz, dejando aproximadamente 1 pulgada de tallo para minimizar el sangrado.

Coloca las remolachas en una olla grande, cúbrelo con agua y lleva a ebullición. Reduce el fuego y hierve a fuego lento durante 30-45 minutos, o hasta que las remolachas estén tiernas al pincharlas con un tenedor.

Mientras las remolachas se cocinan, en una cacerola mediana, combina el vinagre de sidra de manzana, agua, canela molida, clavos molidos, granos de pimienta negra y sal.

Llevar la mezcla a ebullición a fuego medio. Una vez que hierva, reducir el fuego a bajo y dejarlo hervir a fuego lento durante 5 minutos para que los sabores se mezclen. Retirar del fuego y reservar.

Una vez cocidas, escurrir las remolachas y dejarlas enfriar ligeramente. Cuando estén lo suficientemente frías para manipularlas, pelarlas con las manos o un cuchillo pequeño.

Corta las remolachas peladas en rodajas o gajos de 1/4 de pulgada de grosor, según tu preferencia.

Coloca las remolachas en rodajas en frascos esterilizados, dejando aproximadamente 1/2 pulgada de espacio en la parte superior.

Vierte la solución de vinagre caliente sobre las remolachas, asegurándote de que estén completamente sumergidas. Deja un poco de espacio en la parte superior para permitir la expansión.

Selle los frascos herméticamente con la tapa y déjelos enfriar a temperatura ambiente.

Transfiera los frascos al refrigerador y deje que los betabeles se encurtan durante al menos 24 horas antes de servir.

Disfruta tus remolachas encurtidas sin azúcar como guarnición o topping de ensalada para un toque naturalmente dulce y agridulce a tu comida.