Pizza napolitana saludable para el corazón.

En un tazón grande, combina harina integral, levadura instantánea y sal. Mezcla bien.

Agrega agua tibia y una cucharada de aceite de oliva a la mezcla de harina. Revuelve hasta que comience a formarse una masa.

Coloque la masa en un bol ligeramente engrasado con aceite de oliva, cúbrala con un paño húmedo y déjela reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que doble su tamaño.

Precalentar el horno a 250°C (482°F) y colocar una piedra para pizza o bandeja de horno adentro para que se caliente.

Una vez que la masa haya levado, desinflarla, y extenderla sobre una superficie enharinada en un círculo de 12 pulgadas.

Con cuidado, transfiera el círculo de masa a un trozo de papel pergamino.

Extienda la salsa de tomate baja en sodio de forma uniforme sobre la masa, dejando un pequeño borde para la corteza.

Espolvorear queso mozzarella parcialmente descremado sobre la salsa.

Corta los tomates cherry por la mitad y distribúyelos uniformemente sobre el queso.

Coloca hojas frescas de albahaca de forma uniforme sobre la pizza.

Sazona con orégano y copos de pimienta roja triturados para dar sabor adicional.

Con cuidado, deslice el papel pergamino con la pizza sobre la piedra precalentada o la bandeja para hornear.

Hornea en el horno precalentado durante unos 10-12 minutos, hasta que la masa esté dorada y el queso esté burbujeante y ligeramente dorado.

Una vez horneada, retira del horno y esparce rúcula fresca sobre la superficie.

Rocía con el aceite de oliva restante antes de cortar y servir.