Emping Sin Frutos Secos

Comience por quitar la piel exterior de las semillas de melinjo. Para ello, aplaste ligeramente cada semilla con un mortero o con el dorso de un cuchillo pesado, luego pela la piel, revelando la semilla amarilla en su interior.

Una vez peladas, coloca las semillas de melinjo en una olla grande con agua. Agrega una pizca de sal al agua y lleva a ebullición. Deja hervir las semillas durante unos 20 minutos o hasta que estén blandas.

Escurrir las semillas y dejarlas enfriar ligeramente. Una vez que estén lo suficientemente frías para manipularlas, utiliza un objeto pesado como un rodillo o el lateral de un vaso grueso para aplanar cada semilla. Colócalas en un paño limpio y seco para absorber cualquier humedad restante.

Espolvorea las semillas aplastadas con sal mientras aún estén húmedas, asegurando una cobertura ligera y uniforme. Esto ayudará a dar sabor a los emping al freírlos.

En una sartén grande y profunda o un wok, calienta el aceite vegetal a fuego medio hasta que alcance aproximadamente 180°C (350°F). Prueba el aceite con un trozo pequeño de semilla; debería chisporrotear de inmediato.

Agrega con cuidado unas cuantas semillas aplanadas al aceite caliente, asegurándote de no amontonar la sartén. Fríe hasta que se inflen y se vuelvan crujientes y doradas, lo cual debería tomar aproximadamente de 1 a 2 minutos por lote.

Con una espumadera, retire los empings del aceite y escúrralos en un plato forrado con papel toalla para eliminar el exceso de aceite.

Repite el proceso de freír con las semillas restantes aplanadas. Deja que todo el emping se enfríe por completo antes de almacenarlo en un recipiente hermético para mantener su crujibilidad.

Sirva los empings sin frutos secos como un delicioso y crujiente snack por sí solos, o úselos como acompañamiento para sus platos indonesios favoritos.